Autor: Julián Márquez
Fondo Editorial Ambrosía
ISBN: 978-980-6469-12-9
Tiraje: 500 ejemplares
Julián Márquez publica una de sus obras inéditas, La rotación del zodiaco, una historia entretejida entre el misticismo y la realidad, que tiene como base la astrología, y como temática tres historias que giran sobre un mismo eje narrativo: El venerable, un astrologo que está en la búsqueda de lo absoluto; Salvatore e io, socios que consiguen de nada más y nada menos la nieta del Venerable, el dinero para rodar una película sobre el aclamado astrologo; los testimonios de personas que, atravesando temporadas difíciles en la vida y cuando estaban por darse por vencidas, se encontraron con el talismán del Venerable, un collar verde que cura desde las hemorroides hasta el cáncer, mejora situaciones económicas, rescata carreras profesionales y salva matrimonios. A lo largo del libro, en un juego intermitente de historias que el autor conjugó adrede, nos va revelando el inmenso poder del talismán. Encontramos también, un juego narrativo de pequeños guiones que complementan la temática y es el desarrollo de la película que Salvatore e io preparan; y por ultimo encontramos los testimonios de familiares cercanos al venerable que, dando cada uno su versión, van desenvolviendo la vida de este, quien se nos muestra a lo largo del libro en distintas épocas de su larga existencia.
La rotación del zodiaco explora el alma humana, desde sus dos facetas: la crueldad y el don de dar sin recibir nada a cambio, el vil ambicioso y el desapego absoluto. Vemos en esta quimérica obra a un Venerable niño que consiguió, sin buscarlo, la razón de su vida, viviendo entre la miseria y la lucha porque la tormenta no arrancara su casa de lata del suelo, subiendo al techo a observar las estrellas cada noche y a familiarizarse con lo que luego le predeciría su futuro y el de muchos. El niño que observamos en la novela, viendo las estrellas, en un principio azaroso e intuitivo, buscando su razón de ser en el oficio sistemático y en ocasiones prostituido de la astrología, se convierte en un acucioso astrologo depurado espiritualmente que se enfrenta a una dura vida a través del camino de la espinada existencia, teniendo en innumerables ocasiones encuentro con las tentaciones y los abismos, y con el encuentro de envidiosos enemigos que aportan sus energías para estropearle el camino.
Dentro de la obra de Julián Márquez podemos leer entre líneas, la burla irónica y decadente de un autor por el jet-set de los ochenta, por esta época nos conseguimos a un presidente Carlos Andrés Pérez con su humor andino, su particular forma de llamar la atención y su variable carácter correlacionándose en sociedad y dándose caprichos, incluso lo vemos esnifando cocaína en el Palacio de Miraflores y a un Venerable prediciendo los malos tiempos que le vendrían a este políticamente. Es necesario recalcar que en La rotación del zodiaco están potenciados los elementos lúdicos, grotescos, psicológicos y hasta policiales de toda la obra cuentística de Julián Márquez, por lo menos la editada.
Por su parte Salvatore e io, los dos cineastas que preparan la película del Venerable, a lo largo del libro se van viendo amenazados por al parecer una organización que los obliga a dejar de rodar la película, y son víctima de una serie de atentados en donde pondrán sus vidas en riesgo. El motivo de disparatado acto: ser amenazados por simplemente rodar una película, se develara finalizando el libro y mostrara a los autores del crimen.
El Venerable, astrologo que Julián Márquez creó como personaje principal, es alguien seguidor de Dios, y eso lo podemos confirmar cuando en uno de los testimonios que intermitentemente aparecen en el libro, encontramos a una frígida mujer que dice haber recobrado su potencia sexual con el talismán bendecido por el Venerable y el papa, pero así mismo en la obra nos encontramos a una mujer que le dice al Venerable: “Dios existe porque existe el hombre, y si el hombre desaparece Dios también dejara de existir. Ningún animal tiene conciencia de Dios, incluso, la mente del hombre tardó mucho tiempo en evolucionar desde el politeísmo al monoteísmo. Dios no es más que una concepción abstracta, surgida del mundo de las ideas…” El autor conjugó las distintas posturas religiosas, trasluciendo a una judía atea y a un astrologo creyente de Dios, rompiendo e misticismo que dice que los astrólogos son seguidores del diablo, creencia infundada por la iglesia católica que sufre de corta memoria al no recordar que algunos sus grandes figuras fueron aficionados a la astrología, entre ellos está el pontífice Sixto VI y el papa Silvestre II.
Las astrología, cuenta la historia en La rotación del zodiaco es muy antigua y fue muy respetada, sus inicios son de fecha inexacta pero se tienen registros de unos 6000 AC por allá en la vieja Mesopotamia, se han encontrado tablillas de 2300 AC donde aparecen algunos presagios destinados a Sargón el viejo, rey fundador del imperio de Acadia, Mesopotamia. Cuenta la inclusión de los cuatro elementos: Tierra, Fuego, Agua y Aire por los griegos, su declinación con la caída del Imperio Romano, su resurgir y los ramajes que fue echando a través de los siglos hasta convertirse en lo que es hoy en día. Esta parte de la obra, demuestra un conocimiento extenso del tema, por parte del autor, donde se relata con lujo de detalles toda la historia de la astrología y sus principales precursores.
Julián confiesa que esta obra le tomo más de diez años de labor, aunque el admite partir de una idea concreta al comenzar a escribir, va perfilando los personajes y los va amoldando dentro de la historia “una vez que el texto está concluido – dice Julián – lo paso por el crisol de la corrección” y vaya que ese crisol tarda en estar en la temperatura correcta para fundir la obra maestra. Porque el autor sufre de la “manía de revisión constante” lo que ha causado que sus obras tarden tanto en salir e incluso hayan pasado tal cual impías en tiempos inquisitoriales, por la hoguera para jamás ver luz, tal como ocurrió con La vida estéril y La soga al cuello.
Aunque en la contraportada del libro La rotación del zodiaco dice que esta es la primera novela de Julián Márquez, nada está más lejos de la realidad. El autor tiene en su haber Asilos de Dios, Intervalo ensombrecido y Extrañas conjeturas, pero por distintas razones aun no han visto la luz, seguramente por su “manía de revisión constante”. Un factor que caracteriza las obras de Julián es su difícil acceso. Obras con unas características tan particulares, literatura de orgullo venezolano, cuando llega a los anaqueles es rápidamente barrida y luego difícil de hallar, así ocurrió con Los círculos solares (1988) un libro que según confiesa Alejandro Sebastiani en un artículo que realizó para el autor es “imposible de encontrar”, lamentablemente estos grandes trabajos, tienen poco tiraje y luego son olvidados, La rotación del zodiaco tiene el riesgo de tener la misma suerte. Bien valdría la pena que se reeditara y fuera masificada, porque este tipo de literatura que deja un gran sabor una vez culminada su lectura, no debe pasar de forma efímera sino mantenerse en el tiempo y ser citada como una obra de culto.
Es sin duda La rotación del zodiaco una obra para leerse de a poco, para degustar los personajes, conocer las historias, reírse a ratos con ese humor bien trabajado y que caracteriza al venezolano, entrar en el misticismo, saltar a la realidad sin saberlo, y romper estereotipos inculcados desde pequeños, mientras se transita en un mundo en el que día a día estamos, viviendo con lo desconocido y luchando por conseguir un lugar en el mundo. La rotación del zodiaco es una obra de lectura obligada.
Largo haiku para un viaje
Una característica de esta novela es la manera tan fresca de leerse. No es una obra sencilla, es la historia de una familia, vista desde la óptica de la primera generación que se conoce de una manera romántica en medio de una protesta entre japoneses y chinos, ella, hija de un general de alto rango, él, un simple soldado italiano que cumple sus años de servicio.
Jaruko y Antonio vivieron un gran amor, lleno de obstáculos que echarían para atrás cualquier relación pero que afianzó el gran sentimiento que sentía el uno por el otro. Desde separaciones por largos meses hasta los fracasos económicos por los problemas políticos de la Segunda Guerra.
Susy Calcina, la autora, en el primer capítulo comienza a desplegar la historia, su pluma se siente temblorosa, como con temor, pero luego se afianza y comienza a desgranar con soltura una historia que atraviesa los paisajes de Japón, los problemas bélicos, la presión de Mao, la vida italiana, la dureza de Estados Unidos y los problemas raciales, donde no sólo eran desplazados los negros, sino también los blancos, para llegar a una Venezuela que daba tumbos políticos y todavía estaba en pañales en evolución arquitectónica, pero era mucho más estable que cualquier ciudad donde estuvieron, la historia de esta tierra que terminó siendo la que los acolchó cuando la paciente muerte los visitó.
Uno de los personajes más ricos y bien estructurados es Jaruko, quien también se llama Anna – nombre que recibió luego de casarse con Antonio – creció viendo a su madre domada y sumisa ante el carácter de un general japonés machista y déspota, esto la llenó de una rebeldía que la caracterizó toda su vida, su espíritu era intenso y lleno de vitalidad, jamás su condición de mujer fue obstáculo para sentirse inferior y enfrentó junto a sus hijas, hambre, necesidad, segregación racial y problemas políticos, mientras su esposo probaba suerte en otras latitudes, crió con voluntad de hierro y con carácter indomable a sus hijas, siendo temida por los jóvenes que intentaban acercarse a ellas, pero también tenía una delicadeza poética que la caracterizó como artista. Jaruko fue una mujer digna de haber sido inmortalizada en esta obra.
Antonio no deja de ser un personaje apasionante, a pesar de que la autora se centró más en Anna, este hombre es inmensamente rico espiritualmente, su ingenuidad lo caracterizó, envuelto en una fuerza que nunca lo hizo desistir, un poder para levantarse de las múltiples derrotas y terminar en la posición que siempre deseó. Sólo tuvo ojos para su esposa a pesar de los amoríos que lo envolvieron, un hombre que siempre quiso tener un hijo varón pero amó a sus hijas, un hombre que no vivió de los complejos morales y tuvo la inmensa suerte de poseer una esposa de tan alta talla.
Ambos formaron una historia de amor que atravesó la mitad del siglo XX, amándose con una fuerza apasionante y demostrándoles a los lectores no el simple amor del placer carnal o las flores sino el verdadero amor, el que enseña a aceptar el otro con sus defectos y virtudes, sin importar los problemas y obstáculos que atraviesen juntos en todas las etapas. Una verdadera historia de amor que nada tiene de novela rosa.
Barquisimeto fue la ciudad que recibió esta familia cuando llegaron de otras latitudes, la ciudad es retratada con sus pisos de tierra y pocos habitantes, pero luego fue evolucionando, fue mostrando toda su belleza y los hermosos atardeceres.
Antonio entre sus múltiples labores fue panadero, en Venezuela instaló una panadería, negocio hoy minado por extranjeros que desde estas épocas ya llegaban a este país que “brotaba dinero de debajo de la tierra” como denominaban a Venezuela antes del histórico “Viernes negro”.
Es una obra histórica, una novela de amor, una experiencia de constancia, escrita con soltura e incluso con un poco de humor, además de ser una historia verdadera.
Vídeo promocional narrado por la propia autora: http://www.spotwebtv.com/galeria/index.php/home?task=videodirectlink&id=403
Fuente: Richard Sabogal.
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