miércoles, 7 de agosto de 2013

El final perfecto con el filo del reloj

A continuación les comparto mi nuevo libro, así como la reseña de apertura, escrita por mi buena amiga Karime Rivas 

  

   La injusticia es algo terrible que fractura la moral humana, pero esto enmarcado en el tiempo lo vuelve aún peor. El tiempo crea un marco que le otorga mayor realismo y tensión y Richard Sabogal nos trae en su libro “al filo del reloj”, el mismo filo que divide la vida y la muerte.
   Ese filo que define la delgada línea que cuando es cruzada conduce a ese momento decisivo en la vida de alguien y que trágicamente ocurren de manera simultánea entretejidas en lazos que apenas y se tocan. Mientras una señora francesa esta tranquilamente  bebiendo una fabulosa taza de café en cualquier lugar de París, a varios kilómetros de distancia hay alguien debatiéndose frente a un espejo entre la vida y la muerte porque no tiene ni para tomarse un café.
   La ironía, la exaltación de cada detalle que a los ojos de unos es algo cualquiera pero ante los ojos de otros es una pista que conduce a una historia, a una vida, a un cuento de horror que cuando es transmitido en las noticias matutinas las personas lo ven como un evento desafortunado pero por suerte lejano a ellos.
   Todo esto nos deja el filoso reloj de Sabogal, que marca un tiempo que vuelve un segundo en algo infinito, con infinitas posibilidades que detonan al segundo siguiente dejando una estela de acciones y reacciones que definen el presente y el futuro de cualquier persona. De pronto una gota de sudor queda suspendida en el aire, el tiempo lo es todo y es nada y ahí surge una historia tan silenciosa como el resto, pero que de manera muy hábil el autor nos deja como un regalo para valorar nuestro valioso, amado e incluso a veces odiado tiempo.
   Sin la carrera contra el tiempo y la lucha para no morir y ser olvidado, el ser humano no sería lo mismo, pues estas son las cosas que mueven los hilos de muchas personas que se llaman a sí mismos emprendedores, cuando lo único que emprenden es la causa de dejar una huella en el mundo difícil de olvidar, algunos lo hacen para bien otros para mal, ya eso es otro asunto.
   Aquí el tiempo se vuelve un alguien bastante seductor, que arranca cada experiencia de la vida, cada aliento, cada pensamiento. El minutero marca las horas que se requieren para leer en soledad un libro como lo es “al filo del reloj”, para extender cada segundo a un relato lleno de decisiones, pensamientos y acciones meramente humanas narradas con detalles que seguramente has aprendido a obviar con el apuro de la sociedad actual.
    En su cita Sabogal  recuerda que "Somos una colección o conjunto de percepciones, que se suceden unas a otras con inconcebible rapidez (…) La metáfora no debe engañarnos. Las percepciones constituyen la mente y no podemos vislumbrar en qué sitio ocurren las escenas ni de qué materiales está hecho el teatro" David Hume Citado por J.L. Borges en Tratado de la naturaleza humana.
   De esta forma inicia uno de sus relatos y le da forma a cada bocanada de humo de cada personaje, aquí los fantasmas están en espejos pero los espejos son los eternos amigos bondadosos que guardan los secretos más oscuros de la mente humana. De pronto el llanto de una niña se vuelve tan real que su lágrima casi toma forma y danza en cuestión de segundos mientras se desliza en una mejilla contraída por la desesperación.
   El olvido y el sucio de una piel que en algún momento fue inocente y que de tanto andar se volvió más inocente aún pues el olvido los vuelve así. La frustración de la posibilidad de una vida mejor, quemada con una falsa pasión de colegio, de esas que parecen ser  eternas pero que al sol se derriten rápidamente.
   El hombre y el tiempo como eternos amigos y rivales se sientan juntos a tomarse un café y a discutir sobre filosofía acompañados de diversas citas Borgianas, que dejan caer el telón del drama que en las calles se desata a diario.
   La ironía de un hombre tan desdichado en muerte y tan afortunado en vida, con varios intentos de suicidio y todos fallidos lo convierte en alguien con mucha suerte o no, dependiendo de cómo se le mire. Este relato abarca la relatividad con que se desata el juicio humano entorno al mismo evento, el juego de prejuicios para decidir si merece morir o no, si es bueno o malo.
    La ilusión que gira en torno al tiempo será el origen de diversas narraciones, y como reza un proverbio árabe “Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo”, y después de sumergirte en las historias de Richard Sabogal te lo pensarás dos veces antes de tomar una medida.
   Sin embargo al mismo tiempo que el autor juega con el tiempo, recrea la sencillez con la que el venezolano acostumbra ver las cosas al mismo tiempo que le da un sentido literario magnifico que le brinda una perspectiva bastante interesante. El escritor recrea un universo en que las tristezas se tornan sarcásticas y las desgracias muchas veces un golpe de suerte.
   El elemento fuerte de las narraciones contenidas en el libro es el tratamiento que se le da a la cotidianidad facilitando la posibilidad de sentir empatía por cada uno de los personajes que integran esta obra.

   Como diría un muy buen amigo, que el tiempo no los alcance, nos vemos en el espejo.

sábado, 6 de julio de 2013

Nuestro destino está escrito

Reseña sobre la película La casa del fin de los tiempos

Vengo llegando de ver la película La casa del fin de los tiempos, si, la primera película de terror venezolana, interpretada por Ruddy Rodríguez. Iba un poco a la defensiva a verla, pero debo admitir que quedé sinceramente sorprendido.

Luego de pasar por una larga cola para comprar la entrada, algo extraño en este cine ubicado en Guatire, que regularmente es bastante solo. Después de soportar una tarima que había en este centro comercial, bastante cerrado,  lo que causaba un ruido espantoso, que se encerraba y provocaba que uno se tapara los oídos, en un evento que parecía un American Idol pero a lo Guatire Idol con cantantes – supongo locales – aficionados que interpretaban canciones la mayoría con unas voces que deberían reservar para cuando se bañan. Luego de pasar este viacrucis obtuve las dos entradas para ver la película, con la esperanza de que desde dentro de la sala no se escuchara este escándalo y con mi deposito de tolerancia para los ruidos rebosando.

Es impresionante, la cola para comprar las entradas era en su mayoría para ver Rápidos y Furiosos 6,  Mi villano favorito 2, Monster University, y otra gringa. Cines Unidos te ofrece los asientos que quieres, para llevar un mejor orden, así que desde la cola veía en los monitores que mostraban a los clientes para que escogieran su asiento, como estas estaban llenas y la gente estaba comprando entradas para las de la hora siguiente y los resignados compraban para ver la venezolana que tenía bastante puesto libre a pesar del poco tiempo que quedaba para comenzar.  Los resignados entraron a ver La casa del fin de los tiempos. Aun falta que el venezolano apoye más nuestro cine.

La casa del fin de los tiempos es bastante interesante, comienza con lo que parece el final ¿pero será ese realmente el final? Cuando vi esa parte de la película, esos primeros cinco minutos dije, esto va a ser un chicharrón, pero no, cuando comenzaron a jugar con los tiempos, la cosa se puso realmente buena. Ruddy hace un papel extraordinario, tanto de joven, pero mucho mejor interpretando la anciana, el maquillaje les quedó brutal, tuve que parpadear un par de veces para confirmar si era ella la anciana decrepita.  
Entre las cosas positivas está sin duda el guión, muy buen guión, la actuación de Ruddy, el niño llamado Leopoldo, un gran actor, y la manera de jugar con los tiempos, las épocas, la ambientación de cada una. La casa, y el modo en que a pesar de utilizar una casa no es la típica película de terror donde la casa es la principal maligna, y no digo más sobre esta parte porque mataría la película, pero es muy bueno lo que hicieron.

Durante los hechos que ocurren en la casa, cuando se descubre lo que realmente ocurrió me pareció algo novedoso, con decir que supera la sorpresa que sintieron los que vieron la película Los Otros de Nicole Kidman, la supera con creces.  

Entre las cosas negativas el inicio, esa parte podría darle inquina a un dudoso, parece un arranque indeciso en el que no se cree si está haciéndolo bien o no. Una escena final, que no afecta en nada la historia, sino que es como patética e innecesaria, sale sobrando en cierto modo. Pero bueno son detalles mínimos que no empañan la película.


Le doy un 9/10 a la película y la recomiendo ampliamente, primera película de terror que no tiene nada que envidiarle a una de “jolivó”.

domingo, 9 de junio de 2013

El dulce néctar de la Huella del bisonte


En días pasados mi buen amigo, escritor y poeta Nesfran González, conociendo mi atracción por la escritura del escritor venezolano Héctor Torres, me envió en son de préstamo su novela La huella del bisonte. La cual por cierto no me había fijado era finalista del Premio de Novela Adriano González León 2006, mención que merece, y me obliga a pensar que la ganadora debe ser una cosa bárbara para haber superado esta. En el envío que me hizo Nesfran venia también el libro de Murakami 1Q84 libro1 y 2, pero Héctor superó el gusto y decliné por  penetrar sus páginas y comenzar a leer con voracidad semejante obra.

La novela está dividida en tres partes, comenzando con Karlita, o Karla como realmente la llamó el autor, pero yo prefiero decirle Karlita, así, si es en un susurro cerca de su oído pues mucho mejor, Karlita llevará la batuta a lo largo de toda la novela, explorándose desde ella misma, hasta el poder que emanan sus ojos para los del sexo opuesto. Algo que me impresionó de La huella del bisonte es que no es la típica novela erótica, es más bien una novela de amor desinhibida que aborda tabúes arraigados en nuestra cultura, pero sin caer en marcos moralistas o sociales. Me atrajo el modo como Héctor desnudó la feminidad sin morbo, con la curiosidad de una preadolescente que sale de la pubertad y sus hormonas la controlan.  La novela a pesar de parecer predecible tiene matices inesperados, juegos, un “no creo que vaya a pasar” te mantiene allí, aferrado al filo de la hoja.

La segunda parte se titula y la comprende: Mario, padre de Gabriela, la mejor amiga de Karlita,  del ojo de Mario veremos cómo aflora – aunque de un modo más taimado – esa pasión con la que Héctor demuestra su sentimiento hacia la voraginosa Caracas, tanto en sus crónicas que es el fuerte actual del autor, como de lo que vemos en esta novela, Caracas,  ciudad bendita pero llena de recovecos que dan miedo y atracción, la pasión de Héctor por la ciudad es como una relación amorosa con ese tipo de mujeres que no dejan nada bueno pero que son imposibles de abandonar. Mario, un cuarentón escritor de guiones para televisión que será en parte nuestro reflejo masculino, seremos su cómplice y de cuando en cuando nos provocara gritarle “¡Hazlo!” pero la idea de hacerlo será romper un vaso contra la pared y el cierre de eso que nos mantiene allí, ajados pero atentos.

La tercera parte la comprende Gabriela,  en esta parte veremos desde distintos ángulos la psiquis de la novela, y creo es una de mis preferidas, aunque toda fue un disfrute. Aquí, vemos el degrado de los personajes, que comienzan llenos de luz, libidinosos pero ya aquí una estela gris va tejiéndose en las nubes, como un cielo caraqueño encapotado de nubarrones negros a punto de reventar, para llevarnos a un cierre magistral, donde cada personaje quedó donde debía quedar,  aunque no es lo que debió ser. La vida pasa factura de cada acción.

 La huella del bisonte es una novela actual, cada personaje es alguien que hemos conocido, desde las jóvenes a las maduras, la que no le aguanta un esposo, la que se siente sola y su casa es un peaje de amores que tarde o temprano se van, el hombre solitario, hasta personajessecundarios como Miguel, el cantinero. La ciudad se siente, se huele y se disfruta, desde la Baralt con tantos años de historia pero la misma violencia, o la Lecuna, llena de una tristeza en sus fachadas de pensiones baratas y borrachos. Su historia es seductora, una narrativa erótica pero donde la ficción poco se da cabida. El modo cómo se acercó a la psiquis femenina es magistral, a su vez el filosofar propio de quien conoce y persigue la escritura de Héctor se disfruta, se identifica y se comparte.

Ya conocía el estilo narrativo erótico de Héctor con una de las historias de uno de sus libros o fue de El amor en tres platos o fue en el Regalo de Pandora (el autor que me disculpe, me leí los dos a la vez y es normal la confusión) donde un personaje conoce a una joven anónima en una camionetica y de un hecho a otro terminó en su casa. Pero con La huella del bisonte demostró que es un terreno donde se siente cómodo y abordó con soltura.


Ahora me dejo caer en el dulce sopor de la ausencia en esta ciudad donde la soledad no es sensible y me escurro, una vez más por las páginas del bisonte, a ver cuántas huellas más quedan grabadas en mi piel. 

martes, 19 de febrero de 2013

Una reseña más

La revista Todo en Domingo del diario Notitarde publicó el pasado domingo 17 de febrero esta reseña de nuestor libro Cuentos para morir leyendo, escrita por José Manuel Guaran

Una felicidad repentina e inesperada



El gran amigo español Athman nos regaló esta gran reseña de Cuentos para morir leyendo. 

Cuentos para Morir Leyendo, de Richard Sabogal y Gusmar Sosa


Buenas noches, amigos.
cuentosparamorirleyendoHoy vengo con un recopilatorio de relatos que me ha dejado una sensación extraña. Una lectura entretenida, pero raramente perturbadora. Algo así como cuando te encuentras en el ascensor a tu vecino el simpático, con el que siempre coincides y con el que tienes buena relación y al poco rato, te das cuenta de que aunque parece el mismo, hay algo turbio en su mirada. Es algo sutil, apenas perceptible, pero que consigue erizarte el vello y preguntarte que demonios será lo que te angustia tanto. No sabes lo que es, pero ahí está, bajo la apariencia de aparente normalidad.
Y es que en lo cotidiano es donde habita el verdadero terror. En el vecino que acaba de asesinar a su mujer y que te saluda en el ascensor como si nada. O en el compañero de trabajo que abusa de su sobrina. O en el bar donde tomas tu café por la mañana, cuyo dueño resulta ser un tratante de blancas y traficante de drogas,  a quien no se le caen los anillos si ha de coser a navajazos o despachar de un tiro en la nuca a quien le jode el negocio….
Tuve el placer de conocer a Richard Sabogal a través de Facebook. Compartimos amistades y aficiones, y desde su página Negro sobre Blanco tuve conocimiento de su labor como escritor y editor, por lo que pese a no ser íntimos, si guardamos una buena relación como compañeros de fatigas en los inescrutables caminos del mundillo literario. Cuando Richard me comentó que publicaba nuevo título, esta vez en forma de recopilatorio escrito a dos manos junto a Gusmar Sosa, no quise perder la oportunidad de descubrir cuál era su forma de entender la literatura.
Cuentos para Morir Leyendo” reúne entre sus páginas ocho historias oscuras, a medio camino entre el relato costumbrista y el género negro, que profundizan sobre los aspectos más sombríos e inquietantes de la naturaleza humana y de los hechos, tan cotidianos como aterradores, que suceden a nuestro alrededor y que parece que de algún modo, sea de forma inconsciente o perfectamente voluntaria, decidimos omitir, hacer como si no existiesen, como si no ocurriesen a diario en cualquier lugar del mundo. El miedo, la emoción humana por excelencia, la que nos ha permitido evolucionar como especie, la que nos dice que no pasemos de noche por ese barrio o que no nos subamos en el vehículo de ese tipo, es a la vez nuestra mejor defensa y nuestro peor enemigo. Ese miedo, exagerado en demasía, se convierte en obsesión y ésta, en locura. Y de eso va este libro, amigos. De miedos, obsesiones, locura, desvaríos y muerte… Todos somos víctimas. Todos somos asesinos en potencia. Todos tenemos miedo a algo y en el fondo, incluso nos tememos a nosotros mismos y a lo que seríamos capaces de hacer en determinadas circunstancias.
En estas ocho historias, el lector se verá reflejado, de una forma u otra. Quizá suene muy arriesgada tal afirmación, pero en cada uno de nosotros existe esa pequeña grieta, ese resquicio minúsculo en el mejor de los casos, a través del cual se vierten al exterior nuestras miserias y secretos, nuestras debilidades y nuestros demonios. ¿Todo es real o solo producto de nuestra mente, débil y enfermiza? ¿Nos engañan nuestros sentidos y es todo una ilusión?
Curioso resulta, sin duda,  el ejercicio metaliterario en el que ambos autores, Sabogal ySosa, adoptan respectivos roles de víctima y culpable. Curioso el comprobar que resulta difícil asegurar que perfil le corresponde a cada uno. Un juego de espejos, de laberintos y encrucijadas, de espejismos y fantasías, que llevaran al lector a una única conclusión: Nada es lo que parece y hay más de lo que se ve a simple vista.
Recomendable para los amantes de la novela negra, de la narrativa elegante,  de los juegos mentales y los que saben ver más allá de las apariencias.

Cuentos para Morir Leyendo
Richard Sabogal y Gusmar Sosa
Editorial: Negro sobre Blanco
Páginas: 105 pág.
ISBN 978-980-12-6158-2
PVP: 1,03€ ebook
http://www.amazon.es/Cuentos-Para-Morir-Leyendo-ebook/dp/B00AG2OW4W

lunes, 4 de febrero de 2013

SI DE MORIR SE TRATA PREFIERO “MORIR LEYENDO”


Por: José Manuel Guaran 
Reseña sobre el libro “cuentos para morir leyendo”

“¿Sabes una cosa? todos nos regodeamos de la muerte, muchos cuando vemos un choque o un tiroteo sentimos en el fondo un pesar extraño cuando informan  que no hubo víctimas, se siente que el hecho no tuvo sentido.”  Dentro de cada ser humano existe una lucha entre el bien y el mal, lo que es correcto y todo lo que de pequeños nos dijeron que no debemos hacer. Esto no ha hecho otra cosa que determinar los tabúes dentro la sociedad en que convivimos y eso no excluye la percepción que poseemos sobre el tema de la muerte, hasta el punto de que la frase “ojala y se muera” es parte de nuestro repertorio cotidiano, porque aunque es difícil admitirlo, todos le guardamos sentimientos a la muerte.

El grupo editorial Negro Sobre Blanco nos trae esta obra con un color visceral, salida de las entrañas de los victimarios Richard Sabogal y Gusmar Sosa. No es exagerar el condenar abiertamente que estos grandes escritores, utilizando de arma la novela negra, pueden atentar en contra de la vida de las expectativas del mayor fan de este género.

La colección de “Cuentos para morir leyendo” es atrevida y directa, se maneja en una gama infinita de emociones que pintan las escenas criminales de cada una de las historia. Ironía, ambición, deseo, sarcasmo, ira, miedo y sobre todo: muerte. De pronto te sientes envuelto y representado con todos lo personajes, empapado en sus situaciones y desarrollando un rol detectivesco para descifrar las letras que codificaran la próxima línea.

¿Alguna vez has imaginado tu muerte o la de alguien más? La respuesta que pienses la guardaré en secreto, pero esa misma es la receta, que hace que esta obra se visualice tan fácilmente como algo real. O mejor que la misma realidad, una ficción completamente creíble e impresionante, capaz de ser trasladada a las calles que trascurrimos diariamente y que se han convertido en nuestra cotidianidad.

Hay de todo un poco en los 7 cuentos que conforman esta colección:

En la primera historia no encontramos con misterio. Muchos piensan que cuando un escalofrío recorre tu espalda estamos en frente de algo sobrenatural, podría decirse también que no es mas que el miedo a lo desconocido, pero en una situación como la de Nine Melvin no escatimas en las posibilidades, tus mecanismos de supervivencia se activan para intentar escapar de cualquier situación que se te presente, así sea que vaya cambiando como si tratase de un puzzle.

Carlos Meléndez soñó siempre con ser un escritor publicado. Tal vez decir “siempre” puede sonar a exageración.” pero no lo era, su vida fue directa a sus objetivos, con muchas dificultades, su pasado y su futuro mantienen la misma incertidumbre ¿Hasta donde se puede llegar por los sueños? ¿Existe realmente un destino? Son las preguntas que encantan esta historia.

En caso de existir un destino, una llamada definiría el de Cristina,” “Hola Cristina, dijo la voz grave al otro lado. Me alegra que llegaras bien al trabajo ¿Sin contratiempos en el camino? Una gruesa lágrima resbaló por su mejilla, el auricular comenzó a temblar, tragó saliva. ¿Qué quieres? ¿Por qué me vuelves a llamar? Preguntó en un fingido tono autoritario. Quería saber cómo estaba mi chiquilla, para mí, la consentida siempre serás tú. No me llames más, arguyó. Cómo no lo voy a hacer Cristina, si esto, apenas comienza…”  aunque su vida necesitaba a gritos un giro, probablemente el más deseado para ella no seria lo que sucedió. El alma ardiente, femenina de esta periodista la colocará boca a boca en un juego policiaco para atrapar un criminal, poniendo a juicio lo justo y lo correcto.

No creo que sea en ejemplo de justicia, que dos generaciones seguidas sufran la misma tragedia, padre e hijo con todo un futuro por delante, son retenidos involuntariamente, cautivos en lo que llamamos secuestro express, lo interesante radica en que existe entre ambos sucesos un espacio temporal prologando al igual que un espacio literario. ¿Es casualidad? Mismo juicio, diferente crimen y desenlaces inesperados, hasta un poco aterradores si nos percatamos que es una situación cotidiana en nuestra realidad.

La paradoja que continua combina dos situaciones: el miedo que te observen si percatarte de ello, y mas aun la sensación de locura que todos hemos tenido al tener un dialogo con nosotros mismos. Un espejo que ha sido visto mucho, que  sobrevivió a siete mudanzas, dos dueños y muchas historias. Podría escribir un libro.”(…) “, pronto perderá el don y será meramente un vidrio viejo que estrellará el hombre de la basura contra el camión y parará a un depósito encima de bolsas de papeles sucios y comida descompuesta. El terror de todo espejo.” ¿Qué podría decir un espejo de lo que realmente somos?


Las ansias de devorar poco a poco la lectura te llevan al siguiente titulo. Miras la portada, respiras, miras el titulo… Detallas la nomenclatura del nombre de los autores y vuelves al titulo. “¿Por qué maté a Gusmar Sosa? Por: Richard Sabogal.”  Palabrota y a leer, pues antes de empezar sabes que será lo mejor del libro, al parecer no pudo mantener mas retenido su “pasajero oscuro” y tomo el control de él. Extraordinaria narración, y no es por cinismo, es que a medida que avanza mejora.

La culpa le acompaña al escrito anterior. No podrías dormir tranquilo sin saber “¿Por qué se suicidó Richard Sabogal? Por: Gusmar Sosa” siempre se guarda lo mejor para el final, ambos escritos son el broche de oro para cerrar esta colección..

“Estoy entre sus manos, puedo ser realmente peligroso para usted. Si le teme a la muerte, ciérreme de inmediato y corra tan rápido como pueda. Si tiene suerte, tal vez simplemente lo arrolle un auto. El Libro” dice el libro como apertura y secundo pues es lo mas sensato, este libro tiene personalidad propia, con él puedes reír, llorar, enfurecerte, confundirte, esperanzarte, perderlo todo o incluso podemos morir. “Cuentos  para morir leyendo” es una obra  completa que puede disfrutar todo aquel fan del genero y los que no, igualmente la alabarían. Tiene tantas emociones que podrías morir de un infarto y aun así en otra vida seguir leyéndola.

domingo, 20 de enero de 2013

Regeneración, un respetuoso homenaje a los caídos



Creé este blog hace varias semanas, le edite sus páginas y venia desde entonces pensando qué publicarle para empezar. La premisa de este son artículos de opinión que no publico en las otras páginas por ser dedicadas a cultura, pero en realidad los artículos que tengo en mente crear me absorberán bastante tiempo y no es algo que abunde últimamente en mi vida.  Así que anoche, luego de distraerme viendo la serie El Barco, me puse a las diez y media de la noche a saldar la cuenta con un gran amigo que quería leyera su libro que saldrá pronto con Neblina Publicaciones o Negro sobre Rojo como yo jocosamente le dije por los dos colores de la portada que semióticamente aluden al rojo de la sangre y al negro del petróleo o la negra que la pasan las víctimas. Ese amigo es Gusmar Sosa y su libro es Regeneración Parte 1. Incendio en la planta Amuay.  Yo leí el primer cuento que dio origen a este libro, si mal no recuerdo ese cuento iba a su colección de Cuentos Ateos, para ser sincero el cuento es bueno,  es interesante ver ese personaje que no se muere, pero ya, lees el cuento y ya. Este libro es algo muy distinto a ese cuento, algunos personajes se encuentran pero muchas cosas cambian, la madurez de la historia impresiona.

 Debo empezar por aclarar una duda que hasta el autor tiene, dice que Regeneración… es un libro de ciencia ficción o con matices de este género, en absoluto, no tiene nada de ciencia ficción, puede confundir fácilmente por esos personajes con dones, pero a pesar de sus características son patrones que una que otra vez se han visto en algún programa sensacionalista de televisión en personas reales.

Dentro de la literatura hay varios autores que manejan estos dones, uno de ellos, el que tengo más a mano ahora es Isabel Allende con La casa de los espíritus, allí vemos a una mujer con poderes psíquicos que conoce más allá de las realidades nuestras, dentro de la ciencia ficción, las verdaderas historias de ciencia ficción, está Terry Pratchett con sus historias de brujas y magos y el Mundodisco, Larry Niven con  sus historias en otros planetas, Asimov con sus leyes de la robótica o sus conocidas obras llamadas Fundación. En fin, el mundo de la literatura de ciencia ficción es tan enorme, tan extenso y maravilloso que necesita conocerse mucho sobre ciencia, sobre tecnología, porque incluso autores que escribían en los setenta manejaban términos tecnológicos que ni siquiera nosotros aun conocemos. Regeneración… entra dentro del género negro, narrativa negra por la suerte de sus personajes, género que curiosamente el autor ha manejado en prácticamente todas sus obras, Rubia a pesar de su viaje al interior de su personaje es una mujer que esa suerte, ese pasado la lleva a parecer un alma en pena por gran parte de la obra; Cuentos para morir leyendo ni hablar, y es que casualmente hace pocos días una escritora estadounidense decía en una entrevista que la narrativa negra iba más allá de tener una historia con un policía y un asesino, el género había madurado y sus historias iban con mucha más profundidad en sus personajes, curiosamente su novela, la que presentaba esta escritora era la historia de un hombre o una pareja, y llegaba hasta el tuétano de su alma, cosa que Gusmar hace en sus obras.

Ahora, habiendo definido el sitio donde yo, Richard Sabogal, colocó a Regeneración, profundicemos en su historia. La historia se abre con un hombre prendido en llamas que va despellejándose poco a poco, es en cierto modo el protagonista de nuestra historia, aunque cada personaje tiene un peso importante dentro de la obra, este hombre, es el único que se acerca en un ápice a la ciencia ficción, no puede morirse, y él lo desea – ahí pierde su rasgo de ciencia ficción – Gusmar profundiza en este personaje, su pasado trágico, por cierto un juego literario que cuando lo aplica le queda estupendamente bien, juega con los espacios  y en pocas líneas nos cuenta sucesos en líneas diferentes de tiempo y al final del segundo o tercer párrafo ya nos sentimos identificados o atraídos por ese personaje y continuamos leyendo esperando conseguirnos de nuevo con él.

Nos conseguimos a un bombero, un buen hombre, que sufre viendo como Amuay, verdadero protagonista de la historia, se consume en llamas, tal como en realidad ocurrió el pasado agosto de 2012. Este hombre apagallamas se asemeja a Gusmar, es un personaje que siempre anda pendiente de lo injusto pero también de las conspiraciones, el bombero sigue las conspiraciones o posibles conspiraciones con una gran pasión, y aquí entra Gusmar a ir desarrollando otra faceta de historiador, la cual dejó bien parada a Rubia, su otra novela, pero a su vez de un conocimiento internacional el cual aborda con equilibrio sin dejarse llevar por emociones, este atributo es uno de los grandes rasgos positivos de Regeneración. Es entonces como el bombero atribuye que el hecho de Amuay pudo ser provocado  - como se maneja en los bajos fondos que fue realmente – y a partir de allí nos vamos sumergiendo en esa historia, viendo a un hombre ajeno al hecho que está pensando más en cómo poner fin a su sufrimiento y a otro queriendo apagar el incendio y pensando en el status quo de la situación. Pero el bombero no es solamente un hombre de corazón noble, tiene su don, un don extraño por cierto, algo similar a una intuición que iba mas allá de lo que conocemos por el termino y este personaje jugara un papel importante dentro de las llamas de Amuay.

Roberto Infante, el hombre que no puede morir nos lo iremos encontrando dentro de la historia repetidas veces, siempre compartiendo su sufrimiento y esa agonía de tantos años, a la vez que nos vamos encontrando personajes en otros planos de la tragedia, luego de ver a Roberto, y al bombero, Gusmar nos lleva a alguien que en otra latitud ve a través de la televisión la tragedia y piensan en sus seres queridos que trabajan allá, otro aditivo que nos va sumergiendo aun mas en esas horas de fuego y sangre.

Es común encontrarnos dentro de las historias de Gusmar personajes con diatribas religiosas, nunca falta un ateo, o un personaje que cuestione la palabra que religiosos defienden a diente y espada,  y por supuesto un religioso, pero es tanta la pasión por cuestionar las incoherencias de la religión que ese personaje religioso se comienza a preguntar cosas que no comprende y que la iglesia le prohíbe preguntarse, en esta historia no podía faltar, y lo interesante es que no lo hace tedioso, sino reflexivo y quedan intrínseco en la historia “Para su padre el alma no era más que otro concepto controlador a disposición de la religión y su mecanismo proselitista, tal vez a su padre no le preocupaba el destino de su alma” dice en uno de sus párrafos.

Continuando con esa crítica mordaz, ahora viajamos al lado de los reporteros, quienes como buitres están pendientes de devorar el hecho por un lado colocarlo como si fuera una provocación y que el gobierno lo tenía controlado y por el otro como si fuera la destrucción total. A su vez viajamos al corazón de las llamas, a una garita que está se la come la candela y a un grupo de personajes, entre ellos uno que lleva mi apellido y el cual no tuvo gran relevancia, cosa que me decepcionó porque cuando iba a esa altura de la lectura y veía personajes tan fascinantes no pude evitar preguntarme cuál seria el poder de ese hombre con mi apellido, seguramente hasta primo mío, no sé. Dentro de esa garita ocho personas angustiadas desean salir, la que tiene un don es Miriam Salazar, mujer que tiene la batuta de la situación y que además nos hace sentir ese pánico entre las llamas, esto aunado a los demonios internos de cada uno dentro de la garita y el poco oxigeno que les va quedando con cada minuto que transcurre.

Ahora el autor nos mete en la cúpula política donde vemos al presidente, al vicepresidente  y varios líderes bajo los ojos del sargento Tomás Zambrano, quien tiene su propio infierno dentro, pero que con aplomo asume el reto de salvar Amuay, todo a raíz de una promesa hecha a su padre.

Dentro de la historia vemos todo el tiempo un desarrollo del momento, de las llamas, haciendo regresiones con cada personaje, pero el autor reflexiona sobre un post evento, lo que ocurrirá con todos esos afectados, damnificados y nuevamente juega con esa realidad, “Sabía lo que sucedería, los afectados serían ubicados en escuelas, polideportivos, complejos y otras instituciones administradas por el gobierno, con la promesa de una pronta solución a sus problemas, el gobierno intentaría un acuerdo con el sector obrero para una alianza a fin de construir una urbanización en la ciudad, transcurrirían meses”.

No podía faltar entre los personajes alguien que despierta con la casa encima, una mujer que descubre la tragedia bajo su propio techo, o lo que queda de él, el juego que hizo con este personaje fue muy atractivo, le dio otro matiz a la historia.

Es Regeneración una obra que me cautivó, supera en creces el cuento que leí aun en edición – ventajas de ser su amigo –es una historia que me muestra en diferentes planos esa tragedia que padecieron tantas personas y que los medios reflejaron tan patéticamente. Gusmar trazó su pluma con un respeto hacia esos caídos mostrándonos personajes inolvidables, algo difícil de lograr en la literatura, personajes con tres dimensiones, que cuando uno recuerda el nombre de ellos le viene a la mente lo que pasó dentro de la historia y algo mucho más atrayente, me sentí identificado con prácticamente todos los personajes. Algo de su pasado, de su presente o de sus acciones me identificaron, y estoy seguro todos los lectores se identificaran. Me enorgullece tener un amigo con esa pericia y me satisface aun más tener mi segundo libro en sociedad con él, esta historia, real, sin nada de ciencia ficción, ni siquiera las particularidades de los personajes, necesita ser leída por todos los venezolanos, porque no es un lucro que busque el autor, es un tributo, ya que ni siquiera lo editara en papel, lo difundirá en digital, para quien quiera adquirirlo, es un libro que se lee de un tirón, no por lo fatuo, nada de eso, sino porque no podrá dejarlo, yo comencé a leerlo a las diez y media de la noche, cuando me levante de la cama donde lo leía con la computadora, tenía todo el cuerpo agarrotado y adolorido, por supuesto me levante cuando llegue a ese final tan abierto y que da paso a una segunda parte que desde ya le exijo al escritor me pase porque quede sediento por conocer mucho más de esos personajes y de esa historia que marcó la vida de muchos venezolanos.
Desde aquí, desde mi humilde blog, doy apertura con la reseña de esta gran obra que si es impulsada correctamente calará en la piel de todos los venezolanos y será leída y pensaremos ¿Cómo estarán esas familias que pasaron por esto? Gracias Gusmar, por regalarme tan buena lectura.